Titov Yuri Vasilievich

     Titov Yuri Vasilievich nace el 19 de enero 1928 en la pequeña ciudad de Strunino en el corazón de la comarca de Vladimir, entre Alexandrov y Zagorsk, cerca del gran monasterio ortodoxo la Laura San Sergio a unos cien kilómetros de Moscú. Tras su nacimiento, el padre, ingeniero, y, la madre, profesora de químicas se instalan en Moscú donde Titov empieza los estudios de primaria y de secundaria en la Escuela n°45.

      Durante la Segunda Guerra Mundial, toda la familia es evacuada al pueblo de Vosfresenskaya, al  lado de Strunino, donde Titov prosigue los estudios (1941-43). De vuelta a Moscú, ingresa en la Escuela n°589 y obtiene el bachillerato.

     Después de un año de preparación del concurso del Instituto de Acero, es admitido en la MAI , prestigioso Instituto de Arquitectura de Moscú del que sale seis años más tarde con el diploma de Estado. Durante trece años, trabaja como arquitecto en unos estudios. Se casa con Helena Stroieva y, en 1951, nace su hija Helena Titov.

     Titov salta a la fama como pintor abstracto e iconógrafo. En Moscú, las reproducciones de sus obras de los años 60-70 muestran una oposición al régimen soviético. Los cuadros grandes de factura abstracta y la amplia iconografía crística parecen anacrónicos en pleno período del Realismo Socialista Triunfante y le valen una reputación de disidente. Expone en Moscú, EE UU, y Suecia. La familia Titov es conocida en los círculos nacientes de disidencia y de defensa de los derechos humanos. En casa, Helena Stroieva, periodista titulada de la Universidad de Moscú, y, Titov reúnen a personalidades como Esenin-Volpin, Maximov, Nekrasov, Soljenitsyn, Yakir, el sacerdote Yakunin, y a huéspedes extranjeros…

     El 5 de diciembre 1965, participan en la famosa manifestación de la Plaza Puchkin en Moscú. Esas actividades militantes les valen varios ingresos en psiquiátricos, como en la tristemente famosa Clínica Kashenko.

     En 1972, después de una convocatoria de los inspectores del KGB, los Titov deciden marcharse, con una carta de invitación del Estado de Israel en mano. En el aeropuerto de Cheremetievo, las obras de Titov se queman misteriosamente con ácido. Después de una breve residencia en Roma, la pareja se instala en Paris cerca de la Catedral Notre-Dame. Su hija estudia idiomas en el Instituto Saint-Georges cerca de la capital. En 1973, el Ayutamiento de Paris pone a disposición de Titov un taller de artistas en el que trabaja hasta 1994.

     Parece ser que las condiciones de inmigrante, las dificultades de integración, la falta de reconocimiento artístico y las desilusiones sobre la sociedad occidental resquebrajan la salud de Helena Stroieva. En 1975, en su apartamento de la calle Raymond Losserand, mientras Titov está dormido, Helena se ahorca. Después de un ingreso en el psiquiátrico de Sainte Geneviève, Titov, se convierte en vagabundo; su hija, entonces de24 años, es internada también con frecuencia en psiquiátricos.

     En 1988, cerca de Paris, ingresa en la Residencia del Castillo de Mongeron, albergue de la emigración rusa.  La prefectura no le renueva el carné de residente y al mismo tiempo le roban la documentación antigua. Vagabundea insomne y desnutrido por Paris, durmiendo en la calle o en “squats”.  Es internado de nuevo en el psiquiátrico.

      En 1999, Alexei Khvostenko, escultor y poeta ruso, y Kamil Tchalaev, compositor, ambos desterrados en Francia, sacan a Titov del C.H.S de la Maison Blanche de Neuilly-sur-Marne para ingresarlo en la Residencia Zemgor , antigua Cruz Roja Rusa en Cormeilles-en-Parisis, entidad que se convierte en tutora legal de Titov.

     Allí, los primeros años resultan turbulentos. En su habitación sigue creando, realizando numerosas esculturas golgadas. Estas creaciones provocan el descontento y la incomprensión de los auxiliares de sanidad y limpieza. Se acumulan las tensiones y Titov es acusado del robo de 500 servilletas de tela. Ese incidente coincide con el cambio de dirección de la Institución Zemgor y Titov es de nuevo internado en el psiquiátrico durante tres semanas. Finalmente, Titov vuelve a su habitación de la Casa Rosa Dolgopolof y obtiene otro espacio que le sirve de taller debajo de la capilla ortodoxa.

     Su vida entera es una búsqueda espiritual constante que se materializa en temporadas de creación intensa. En dos años, produce doscientos dibujos, numerosos diseños de proyectos arquitectónicos místicos y compone varias “meta-poesías”, llenas de mensajes dirigidos a su esposa Helena y a su hija que le visita con frecuencia. Hoy sigue viviendo y creando en Zemgor.

     Titov considera sus creaciones como un intento de armonizar la cuestión filosófica y la búsqueda mística, a través de la pintura abstracta y de la iconografía religiosa. Para él, todo está unido “por un solo nudo”. Define el “sentido de la creatividad” de la misma manera que lo hace Nicolas Berdiaef (1874-1948 desterrado en Francia en 1922), el filósofo ruso más importante segúnTitov. Se considera arquitecto, creador de proyectos “místico-reales, que deben materializarse”. Afirma: “en la vida, existe todo, incluso la nada.”

Paris, septembre 2004

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